El proyecto se llama "Amazonas 2030" y busca poner la selva en la agenda nacional y global. Además, poder monitorear la actividad de la región y tomar fotos de la zona para vigilar las acciones que las entidades públicas de la nación, como las corporaciones autónomas, ministerios, entidades, Parques Nacionales o Ideam, están desarrollando; y debann aplicar para salvar al bosque de la destrucción.
El año 2030 coincide con cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que indican que si la deforestación en esta área continúa, en 20 años tendríamos solo el 45 por ciento del bosque, y la reducción del agua potable y de los caudales de los ríos del continente sería más intensa.
De igual forma, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) informa que, si no hacemos nada por cuidar este bosque húmedo, se volvería una sabana antes de que concluya el siglo XXI.
"Con el Amazonas destruido, el régimen de lluvias en todo el continente cambiaría. Los gobernantes tienen que acostumbrarse a rendir cuentas por la fauna y la flora que dejan desaparecer y por los indígenas que dejan morir", dijo Wendy Arenas, directora de la fundación Alisos, que trabaja con delegados de las fundaciones Gaia, Etnollano y Cecodes, y con la embajada de Países Bajos en esta campañia.
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